2 de marzo de 2012

A menos de un mes

Rodeado de toda algarabía que en estos días ahoga el servicio de bomberos de Sevilla, y presumiendo que nos esperan largas y angustiosas semanas por delante, he decidido zambullirme en mis pensamientos y mirar solo un poquito más adelante. Estamos a solo un mes de que llegue la Semana más grande de nuestra ciudad, y yo ya estoy inquieto; igual que un niño de ocho años que siente como esta será su primera Semana Santa vistiendo su blanca túnica de nazareno. Esta será mi catorceava Semana Santa empuñando y acariciando mi corneta tras los pasos de la Híspalis, pero para mi como si fuera el primero. Estoy con una ilusión tremenda de volver a repetir vivencias, que si bien son iguales o parecidas, todas tendrán un tinte especial y diferente. Llega la Semana Santa a Sevilla y ella se vestirá con sus mejores galas de azahar para ver y escuchar las notas que su banda de Las Cigarreras le regala cada año. Parece mentira que tras lo mal que lo pasamos el año pasado ahogando nuestras lágrimas en la lluvia fatal que mojaba las ilusiones de todos, ya hayas llegado; y has llegado con una fuerza brutal, porque yo te siento ya muy cerca y sé que este año será pleno. Qué orgulloso me siento de poder participar de pleno en nuestra fiesta más esperada, y más orgulloso me siento de poder decir que todo es gracias a el esfuerzo diario, la constancia y el trabajo... Estoy deseoso de vivir esta Semana Santa. Además este año contemplo una nueva ilusión que está despertando en mi un interés, que si bien pensaba era interesante, ahora veo que se está convirtiendo en importante... (tú ya sabes de lo que estoy hablando así que sigue sonriendo).

Sevilla, descarga tu ansia en suspiros de primavera, que tu fiesta se lleva preparando un año entero para ti. ¿Cómo es posible que todos te adoren de esta manera? ¿Qué tienes? Y estate tranquila, que seguro que no te fallaremos.

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