20 de diciembre de 2009

El cebo de la mala suerte

Hola amigos. Ya sé que desde hace mucho tiempo no dejo asomar mis palabras por esta ventana digital. Hoy vengo a contaros algo relacionado con la mala suerte. Ésa que te sacude cuando todo va bien. Hace poco rubriqué en el blog una firma que bien ha calado en algunas personas. El que de buena suerte alardea, la mala le rodea. Aunque en esta ocasión no ha sido así.

Me siento lleno de coraje, rabia y quizás de incomprensión. Hoy ha sido el examen del PER. Ya sabéis, ése examen que iba a realizar para consignar el título de Patrón para Embarcaciones de Recreo. El examen constaba de varios bloques. Algunos bloques tenían que cumplir unos requisitos de aciertos, ya que con más fallos de la cuenta, todo lo demás no valía para nada. Examen de 75 preguntas, dos horas y media de duración; bien todo el examen, excelente diría yo. Tan un solo un total de diez fallos, pero con tan mala fortuna que tres de esos fallos eran de un bloque en el cual sólo se podían fallar dos...

Así que piqué el anzuelo con el gusano podrido. Me da mucho coraje, porque a la vista está por las demás preguntas, que estaba preparado. Un fallo vanal que me ha calado hondo.

Pero no voy a hacer leña del árbol caído. No era algo importante, pero era un objetivo a realizar y se me ha resistido. No sé si decir eso de otra vez será, así que nada, ya se me pasará.