1 de febrero de 2010

Un punto eventual

¿Alguna vez te has parado a pensar cual es nuestra verdadera magnitud? La vida humana es realmente enorme por la capacidad de adaptación que posee, y por la multitud de emociones que es capaz de desarrollar; pero si vamos más allá, mucho más lejos, si miramos al infinito, nos damos cuenta que somos realmente un punto ocasional en un caos de dimensiones desorbitadas. La Tierra, nuestro planeta madre, y nuestra casa nido. La esfera casi perfecta que nos da la vida bajo su manto azul, no esconde más que una cruel realidad. Nos movemos muy rápido hacia lo más lejos del universo. Rotamos a una velocidad de más de mil kilómetros por hora alrededor de nuestro y eje, y sin embargo no notamos más que una simple atracción hacia el nueclo de hierro fundido de nuestro planeta azul. Una atracción que ya nos es común. Si me leyera Isaac Newton...

Nos movemos sin ton ni son a causa de una explosión que tuvo lugar hace muchos millones de años atrás. Nos estamos desplazando muy rápido de aquel punto originario de materia que nos dio la vida y que ahora estamos desaprovechando.

Somos una pequeña mota de polvo que vuela sin cesar y que algún día por causas naturales será exterminada. Quizá por fuerzas gravitatorias, impactos de cuerpos estelares o por simple inmolación. El ser humano tiene que admitir que no está cuidando su casa, su hogar, su nido...

Cada vez son más las intolerancias con nosotros mismos, las exigencias inútiles para los demás o las espectativas autoimpuestas por una sociedad que se nutre del veneno que ella misma ha creado en su laboratorio repleto de papeles pintados llamados billetes.

Somos muy pequeños y tan enormes, que ya nos hemos perdido el respeto. Le hemos perdido el respeto a nuestra especie y a nuestra casa. No somos agradecidos con nuestra casual y eventual vida que nos han regalado, y eso se paga.

Yo no sé si algún día todo cambiara, pero sí espero que las mentes preocupadas de algo tan bonito como es la vida, sean dichosas y consigan sentirse como pez en el agua en un mundo que se les ha prestado para vivir. La Tierra no es nuestra, pero sí para nosotros. Nuestro planeta, nuestra casa...

Políticos que se pelean por un puñado de votos, por un manojo de billetes, medios que manipulan las informaciones, acusaciones vacías de vida... Es el precio que hemos de pagar por haber viciado nuestra evolución y quizá no estemos viviendo en un entorno que nos corresponda.

Y ya no sigo más con la reflexión, que da para mucho y es un tema que no tiene final, como el infinito del Universo donde flotamos. Hagámonos un favor y cuidemos lo que se nos ha prestado. Aunque a veces sea imposible...

No hay comentarios: