A mis compañeros cigarreros

Ya ha pasado la semana más esperada por todos nosotros compañeros. Y qué rápido, ¿verdad? Parecía ayer mismo cuando regresábamos a los ensayos en chanclas y con la piel aún morena de una vacaciones bien merecidas tras la celebración de parte de nuestro 30 aniversario. Ha sido un año intenso, como todos, con estrenos de todo tipo, y que al final, como siempre, hemos revolucionado el entorno que nos envuelve.

Hemos dado una Semana Santa a un nivel extraordinario. La verdad que no recuerdo un año tan bueno como este. Mi compañero Dani me decía entre marcha y marcha: "tío, a veces me aburre la banda. No falla nunca". Y es verdad. Cuando te sientes rodeado de gente buena, de gente que lo da todo por sus compañeros, todo lo demás sale solo. Desde Viernes de Dolores hasta Sábado Santo, no sé la cantidad de marchas que habremos tocado, al menos 350, y todas ellas rayando la perfección de un disco.

Pero no quiero pararme en lo evidente de lo musical. Quiero hacer mención a ese grupo humano capaz de todo, de rayar a un nivel altísimo rozando con sus cornetas y tambores el cielo, para dárselo a una ciudad sedienta siempre de Semana Santa cigarrera. Ayer en la entrada de la Trinidad se pudo notar como esos sentimientos que albergan los corazones teñidos de morado, están vestidos de amor por una Banda y unas tradiciones puras de su ciudad.

Queridos compañeros, gracias a todos por hacerme sentir de nuevo tan especial. Cuando ya el cansancio agotaba toda gana de seguir adelante, vuestro apoyo y amor hacia lo mismo que amo yo, hacen que hoy, Domingo de Resurrección, y después de más de 50 horas tocando tras los pasos de Sevilla, sienta la necesidad de volver a estar rodeado de vosotros y vuestro sentimiento cigarrero. Gracias compis por un año más, y ya van 12!