28 de noviembre de 2010

¿Una cervecita?

¿Cuántas veces habremos dicho ésa frase aunque no bebamos cerveza? Tomarse una cerveza, un cafelito, una cocoacolita, pegarse una vuelta, dar un paseo... Cualquier definición es buena para pasar un rato agradable fuera del hogar con los tuyos, reírte de todo y de ti mismo, y llegar sabiendo que todo gira entorno a la risa verdadera. Hoy mientras volvía a casa pasé por delante de una de estas cervecerías modernas donde la gente se arremolina en torno a una mini mesa redonda llena de papelillos arrugados impregnados de jugo de cabezas de gambas y chochitos. Como siempre, estaba hasta la bola, (o como hoy mismo ha dicho el Sr. Montilla, candidato socialista al gobierno de Cataluña contra más gente mejor) me río yo de la crisis... Y me ha llamado la atención, aparte de ver a un repartidor de telepizza tomándose una birra de una buena trangantá montado en su motillo colorá con el casco puesto (menuda bomba de relojería), el ver como las familias aprovechaban la tregua que nos ha ofrecido la atmósfera en esta fría mañana de domingo para sacar a pasear a sus pequeños vástagos y tomarse una cervecita. La vida en familia, el mejor de los momentos, la vida en todo su esplendor. ¿Te apetece una cervecita?

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