Si amigos, ayer fue no de esos días donde se experimenta una sensación bastante desagradable. El sudor te brota frío. Tus ojos quieren cerrarse para no ver el espectáculo. Tus piernas comienzan a ponerse temblorosas y las manos, quieren escapar de toda ilusión avergonzada...Ayer comenzó la nueva temporada de conciertos de mi banda querida de Las Cigarreras, para mí, ya es la onceava. Once años disfrutando de lo que más me gusta hacer. Once años tocando la corneta en las Cigarreras, ya son años...
Además esta nueva temporada que comienza como casi todos los años en la ciudad jiennense de Martos, es el pistoletazo que de salida al trigésimo aniversario de la entidad.
Y aquí siempre se han hecho las cosas bien, gustosos de la evolución y la línea que hemos seguido durante todos estos años, creando un estilo propio y siendo un referente para las demás bandas del gremio. No quiero descubrir ahora a la Banda de Las Cigarreras, pero ayer se vio y escuchó algo a lo no estamos acostumbrados.
Formación de concierto, y seguimos con la innovación del director dirigiendo la banda durante el mismo. El nivel exigido en cada uno de los certámenes, el más alto y la concentración como siempre, rebosando. Pero ayer, ocurrió lo impensable y quizás esperado por todos los miembros.
Hasta el final del concierto todo iba saliendo a la perfección. En uno de los bises, concretamente en la marcha Sobre los Pies te lleva Sevilla (el vídeo mostrado no es del concierto citado) la banda no entró como debía, y fue la primera vez desde que llevo tocando la corneta, que cortamos una marcha en un concierto y la volvemos a empezar...
¿Habrá caído el mito? ¿Habrá sucumbido la confianza entre nuestro seguidores? Si esto llega a pasar con la Banda rival en el próximo concierto, no imagino que hubiera pasado...
Aun así el público respondió como nos tiene acostumbrado, estas cosas pasan hasta a los más grandes... Espero que todo esto sirva para afinar la puntaría la próxima vez.
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