3 de febrero de 2011

Incongruencias

Tras toda la mierda que la prensa de Madrid y la Real Federación Española de Fútbol han echado contra el Sevilla y su ciudad en estas dos últimas semanas, no me cabe otra cosa que resignarme y pensar que somos tela de grandes. No voy a ponerme a ladrar de esta mafia porque no merecen ni un segundo de mi valioso tiempo. Pero es que estoy viendo que el mundo está inmerso en una incongruencia que cada vez está volviéndose mas revelde y más monstruosa; un pulpo despiadado que se está apoderando de la mayoría de la sociedad con sus tentáculos venenosos y afilados. ¿Por qué no miramos un poco los malos actos que nosotros mismos cometemos? ¿por qué nos afanamos en destruir siempre a la persona que se nos cruce por delante? Pues quizá sea porque seamos tan y tan pequeños que no valoramos absolutamente nada. Escupir como víboras enloquecidas, disparando sin ton ni son por si existe algún blanco al que podamos destruir... La verdad, no lo entiendo. Puedo entender que el ser humano quiera ser dueño de si mismo, pero lo que no podemos pretender es ser dueño de los demás. Incongruencias...

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