28 de febrero de 2011

Sangre en mis manos

La verdad que este puente ha sido magnífico. Risas, Sol, buen ambiente, familia, trabajo... Todo estaba saliendo redondo hasta que el mismo sol que algarabía iba trayendo se ha ocultado tras los edificios trianeros y ha traído la sombra a un pequeño rincón de la ciudad. A la vez que compartía unas copitas en buena compañía en un lugar muy agradable a la vera del rió, la sombra de la muerte ha vuelto a sobrevolar a mi alrededor. Un ruido extraño había llegado a mis oídos, pero sin apenas echarle cuenta seguí entre risas y bromas. Pero tras escuchar algunos llantos bastantes sonoros, estiré el cuello y pude ver como un cuerpo yacía inconsciente a los pies de un muro de 4 metros. A la carrera fue a ver qué pasaba, y cuando llegué me encontré de una nuevo una situación similar a la que hace ya algunas semanas me tuve que enfrentar (¿por qué tantas veces cuando no estoy de guardia?). Un charco de sangre rodeaba a aquel chaval de apenas 20 años, que respiraba con dificultad sucumbido en su inconsciencia. Lo primero que hice fue llamar al 080. Jamás pensé que mis compañeros tardasen tan poco tiempo en aparecer... Entre algunas enfermeras, mis compañeros y yo, atendimos a aquel chico tratando de mantenerlo con vida. No puedo contar más porque no hubo más... Lo que si quiero contar es que me vuelvo a quitar el sombrero con parte de la ciudadanía. Aún queda gente bondadosa y que no le importa mancharse las manos de una sangre ajena que suplica socorro. Es duro vivir estas situaciones, pero lo es menos si el corazón te manda ayudar a los demás...

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