
No sé las veces que un semáforo se pone en rojo, dependerá del cruce en cuestión, pero sí sé que son muchas las oportunidades que tienen estas buenas personas por hacerse con cualquier manojo de monedas sueltas que llevamos a mano en el coche. Ellos no roban, no intimidan; ellos sólo te acercan su mano, para decirte hola hermano, y con vergüenza pedirte lo que tengas. Cualquier moneda de cobre, es para ellos un tesoro.
La alegría que dibujan sus negras caras, cuando tienes algo para darle, es una sensación bastante cegadora. Irradian gratitud, cercanía, amistad. Todo lo contrario cuando haces lo imposible por explicarles que hoy no tienes nada suelto...
La felicidad del que no tiene absolutamente nada se basa en conseguir algún día las migajas que nos sobran a nosotros, mezquino...
La humildad debemos llevarla siempre por delante, como abanderado de nuestra personalidad, aquel que la tenga claro , ya que el que nunca ha sido absorvido por tan honesta virtud, nunca podrá subir a su mástil de vanidad la bandera prioritria de la humildad.
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