14 de agosto de 2009

Mi maniquí

Ayer me regaló mi madre un muñequito que ya hacía tiempo que ansiaba. Es uno de esos maniquíes articulados de madera que usan los artistas para plasmar sus bocetos en el lienzo. Pintar no sé pintar mucho, quizá pintar la mona de vez en cuando... Yo lo quería para cada día cambiarlo de postura y reflejar el estado de ánimo con el que me levantaba cada día. Nada más sacarlo de la caja empecé a trastear con él y en el primer movimiento le amputé un brazo sin querer, pero con una operación intensa y durardera conseguí reconstruirle la articulación xD. En fin, un juguetito gracioso que puede desvelar muchos secretos de mis emociones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sabia que te gustaria,besitos mil