26 de diciembre de 2010

Freno de mano

Es Navidad. Fechas señaladas donde la felicidad irradia a borbotones por los cuatro costados de las personas. Aquellas que pasean agarradas de la mano o abrazadas bajo el frío de la noche con centelleantes lucecitas de colores refugiados en el vaho de su incondicional sonrisa. Quizás se besen bajo un ramillete de muérdago, o quizás lo hagan porque sí. Y hoy estoy algo melancólico, puede decirse que triste... Pero creo que eso no es del todo malo. Son fechas muy señaladas donde todos queremos estar contentos, disfrutar e irradiar también esa felicidad por los cuatro costados. Ideales que se han desmoronado como una preciosa escultura esculpida en hielo que ve, como en cuestión de minutos, como su fría agua resbala por sus manos hasta evaporarse al infinito. No pasa nada. Las situaciones hay que afrontarlas con seriedad, serenidad, paciencia y sobre todo madurez. Mañana amanece un nuevo día bañado de sol donde seguro estoy que la sonrisa de estos días volverá a pintarse en mi cara para acompañarme allá donde me quiera llevar. Tenemos días y días, y hoy ha tocado así. Feliz Navidad.

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