5 de diciembre de 2010

Vuelta al tajo

Tras unos pocos días de vacaciones ayer volví a la guardia; echaba mucho de menos el ambiente bomberil. Un sábado de diciembre, frío aterido y viento que te hacían levantar los pelillos del brazo. Un sábado de diciembre, donde las labores en el parque se suprimen por no ser día laborable, y tan solo nos disponemos a revisar nuestros vehículos por la mañana y a estar dispuestos para salir a la calle. Por las mañanas buen rollo en el desayuno, risas, historietas de los más veteranos, incongruencias, y como no, el temita de los controladores... Mientras un compañero cortaba leña al más puro estilo leñador para mantenernos calentitos las 24 horas alrededor de la chimenea, otros nos dedicábamos a tratar de arreglar el mundo. Al final sacamos la conclusión de que el mundo no hay quien lo arregle... Salidas varias, partidazo de fútbol en la azotea, ducha calentita, más salidas y una cena emocionante bañada por las luces de los corazones que aquellos que tengo por compañeros. Bombero, qué gran familia...

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