28 de marzo de 2012

Abrazos infinitos


Buenas noches. Hoy vengo triste y soñoliento, con jaqueca y los ojos algo llorosos. La vida azota sin compasión y sin prudencia a las personas que vamos con el corazón por delante, aunque eso ya lo sabia desde hace tiempo. Dicen que lo que no puede ser no puede y que además es imposible. Pero esta vez no lo veo tan claro. Rodeado de abrazos infinitos donde el amor se palpa con lo ojos cerrados y empapados en lágrimas, es muy poco probable que esa frase se cumpla. Soy una persona que creo ciegamente en las emociones de los demás, a menos que me engañen (y yo que me lo creo todo, pues todo puede ser). Ver que los sentimientos afloran sin necesidad de forzarlos alivian muchísimo. Solo que la pena es que esos sentimientos verdaderos no puedan crecer y seguir volando por culpa del los sacos de arena que llamamos lastre. Para volar alto, grande y poderoso, debemos soltar todo ese lastre que impide que nuestros sentimientos continúen su escalada. Consecuente con nuestras decisiones y apostar al caballo ganador, sin ton ni son, para que todo salga como ha de salir; y ya te digo si salen.

Rodeado de abrazos infinitos trataré de conciliar el sueño. Ahora infinito serán mis días.

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