29 de marzo de 2012

...creí que estaba en el cielo!


Esta mañana me he despertado, al igual que la mañana anterior, con unas sensaciones algo turbias y dulces a la vez... Pero aun así me he puesto manos a la obra. Asiendo mi cámara de fotos he cogido rumbo al centro de mi ciudad y he disfrutado de un buen paseo cofrade, en soledad, recreándome en mis cosas, pensando y divagando en mis sentimientos... Tonto de mi cuando me he entrado en la estación de metro y no había caído que había huelga general, así que nada, media hora esperando al trenecito; para una vez que lo cojo... Llego a Sevilla, y ya lo noto. Ese aroma, esa mescolanza, fusión perfecta entre el azahar, el viento, el puro incienso y el olor a café o chocolate con churros. Ya está aquí y se nota. No quiero enrollarme muchos más, ya que la intención de este post es dejaros este fragmento del Pregón de la Semana Santa que daría mi tío Rafael de Gabriel en el año 2004. Con todos mis respetos a los demás pregoneros, me permito decir que no he escuchado pregón más elegante, sentido, emocional, con más corazón puesto en la pluma que esculpía esas preciosas frases y prosas perfectas, conjugado con una voz que transmitía alma y lágrima, sentimiento y fe... Aquí os lo dejo para que notéis como me he sentido esta misma mañana cuando la he visto:



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