13 de marzo de 2012

La vida y la muerte


Comenzaba una noche en el parque de bomberos bastante tranquila y distendida. A la 1 de la madrugada nos dan salida a un contenedor ardiendo. Llegamos, actuamos y volvemos. Por el camino y en el parque, comentábamos la actuación entre risas y gracejos típicos de bomberos. Sonriendo abiertamente me volví a mis aposentos para intentar conciliar un poco el descanso. Pero iba a ser un intento fallido. "Salida de BUL-5, BUL-6, ESCALA, AMBULANCIA, UMC-1 y UMC-2; incendio en vivienda..." Todo el tren de salida, todos los bomberos, mandos y conductores del parque central con el corazón de cero a cien en poco más de 2 segundos. Todos preparados y dispuestos. Los coches salen a navegar por la solitaria ciudad con las sirenas y bocinas al cielo estrellado, y al llegar al lugar, lo veo... Un par de horas antes me reía abiertamente bajo mi casco ya trabajado durante estos más de 4 años que llevo al servicio de los sevillanos,  pero ahora un semblante serio, angustioso y de duda se reflejaba en mi rostro. Un hombre de avanzada edad yacía en el acerado con la cara envuelta en negrura y con el corazón parado. Rápidamente mis compañeros se dedicaron a la preparación, el montaje de los servicios de agua y la extinción de aquel incendio. Junto al sanitario y otro compañero me dediqué a tratar de devolverle la vida a aquel hombre que se encontraba en el umbral de sus días. Más de media hora impulsando con mis brazos, tratando de empujar a ese corazón que había optado por pararse y que no podía volver a arrancar. Y ahora viene la reflexión:

Curioso los dos momentos vividos en la noche de hoy donde la muerte, la premura y la penuria descartan a la risa y la gracia en cuestión de segundos. Cada día me doy más cuenta que está vida es  un regalo del cielo y que debemos disfrutarla al máximo, ya que nunca sabremos cuando ni como será nuestro desgraciado final. 

Ahora será difícil volver a conciliar algo el sueño porque son muchas las cosas que se arremolinan en la cabeza, pero al fin y al cabo así es nuestro trabajo; así elegí en su día que esta sería mi manera de vivir. Una cara más que sumar a mis recuerdos y un nuevo momento desolador que no creo que olvide en mucho tiempo. Buenas noches Infinitos...

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