30 de marzo de 2012

La primera en la frente


Todavía ando con la boca abierta y con un cabreo de narices. Incrédulo y a la vez aturdido por el fuerte golpe del capricho del tiempo. ¿Cuánto lleva sin llover en Sevilla por Dios Bendito? Todo un invierno sin caer una misera gota de agua, y ahora, cuando el primer nazarenos se enfunda en su túnica, llega el aguacero. No hay derecho! Ha tenido que espera hasta la misma hora de poner la primera cofradía en la cual tocamos en la calle, para que empiece a llover. ¿Quién conspira? ¿Quién se encarga? Hoy ha sido una tarde bastante amarga. Me ha recordado a años anteriores cuando las largas esperas sentado en los bancos de caoba de las Santas Iglesias, hacían que el tiempo no pasara y la incertidumbre nos reconcomiera a todos. Así que nada, así empieza mi Semana más esperada. Y yo ahora aquí en casa con el pijama puesto y viendo la tele... Vaya plan tan perfecto. Desearía que al menos, y ya que las cosas se han dado así, mis deseos se hicieran realidad...

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