22 de junio de 2009

¡Maravilloso día!

¡Ayer fue unos de los días más felices que recuerdo hace tiempo! Ayer se casó mi princesa, mi hermana mayor. Todo fue espectacular, increíble, romántico, apoteósico, cariñoso, perfecto, maravilloso. Desde las 6 de la mañana que empezaron a preparar a la flamante novia, todo fue en cascada hasta echar el telón a un magnífico día rodeado de familiares y amigos, toda la gente que te quiere. Algarabía, complicidad y armonía es lo que podía respirar desde que me monté en el deslumbrante coche para llevar a la novia a la plaza más grande del universo (Plaza de San Lorenzo) hasta la recogida de los novios tras el arroz. El cura, los pequeño con los anillos y las arra, ambas familias, amigos, todo. Hasta el cura estuvo estupendo.

El día se comportó y no nos atosigó con el calor tan peculiar de estos días atrás. El lugar del convite fue el más apropiado para un encuentro de este caché. Sorpresa tras sorpresa todo iba saliendo a la perfección; "mira que he ido a bodas, pero ni con un guión ésta hubiera salido tan perfecta", me confesaba el fotógrafo. La orquesta interactuó con los presentes y los presentes con la orquesta. El fin de fiesta tuvo lugar en el precioso jardín de la hacienda donde todos los invitados fueron conducidos al mismo y todos pudimos presenciar los preciosos fuegos artificiales que preparamos para los novios.
Los novios tenían ganas de más, así que mi tío saco la guitarra y junto con palmas, cantes y bailes los que quedábamos allí, que eramos un buen puñado, derrochamos todo el amor que nos restaba para hacer feliz a una pareja tan bonita.

Por una vez todo nos salió bien, y por eso estoy muy pero que muy contento. Boda preciosa, y sonrisa entre orejas que recordaré para siempre. Maravilloso día!

1 comentario:

Alberto Nogales dijo...

Enhorabuena a tu hermana, y por la que podría decir que ha sido la mejor boda a la que he existido, quizás porque es la primera de alguien tan cercano como Paola.
Todo estuvo estupendo.