
¿Por qué no hacer lo qué deseas, peinarte de la forma más rara o sonreír a aquella viejecita que te para para darte consejo? Claro que sí! Vamos a quitarnos todo el lastre sucio que nos ha magullado la seguridad, acabemos con el mal que hemos padecido!
Estos temas son delicados y cada uno es un mundo por descubrir, así que sólo tengo que decir que al igual que tú, yo también he padecido el qué dirán alguna que otra vez. No te sientas raros, porque todos somos humanos.
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