
La lección tenía dos partes bien diferenciadas: "antes te comías el mundo y ahora es el mundo el que te come a tí". Esas sabías y certeras palabras me calaron tan profundo, que he decidido disfrazarme de Pacman y empezar a devorar el mundo como hacía antes, pero bolita a bolita, nada de comerlas todas de golpe, que si no luego nos empachamos. Volver a ser el de los proyectos, el de las ideas, el de las inquietudes, el de la ilusión por cualquier cosa insignificante...
Operación Pacman, ¡ahí voy!
1 comentario:
¿"Aburrido" juego dices? ¡Pero si es la caña!
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