Esta mañana me he despertado (mejor de lo mío) y mientras desayunaba, he visto un vídeo que un compañero me ha mandando al correo. Es sobre los bomberos de París. Y lo quiero reflejar aquí. Cada vez más, acudimos a intentos de suicidio, que generalmente suelen ser frustrados para las víctimas, ya que si no lo atajamos nosotros a tiempo, ellos mismos ceden a su pretensión y entran en razón. Nada que ver con el chico protagonista de este vídeo. En plena Torre Eiffle encarna un escabroso espectáculo, y los compañeros bomberos, arriesgando incluso sus vidas, se quedan con un sabor amargo para el resto de sus vidas:
Infinitos conectados
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