7 de septiembre de 2009

Amanece un rayo de sol

Lugar: Parque de Bomberos de San Bernardo, Sevilla; Hora: la 1:26 de la madrugada. Y tras casi 17 horas de guardia y salidas como la captura de una serpiente que después se dio a la fuga en el mismo parque, y que aún está en paradero desconocido; la extinción de contenedores; tala de ramas en la Alameda de Hércules; pastos inexistentes y lo que todavía está por llegar, ha pasado algo. Algo bueno para mí y mi saco de emociones maltrechas que día tras día se ensañaban por ahogarme el gaznate a base de varapalos propios.

Un rayo de sol ha entrado por mi ventana emocional y ha iluminado un caminito que dejé a oscuras tiempo atrás. Aquel duendecillo del árbol del camino infinito me ha dado un toque de atención y me ha traducido, bajo un trébol de cuatro hojas, que no cese de caminar, qué para arriba esa frente y valía; qué si nos quedamos atrás estamos perdidos y seremos devorados por el fantasma de la cueva del pasado y la negrura infernal.


No sé como se dará esta noche en Demetrio de los Ríos número cuatro, pero al menos en la penúltima habitación de ese pasillo oscuro, lucirá un pequeño reguero de esperanza y luz, para que así mis ojos puedan ver más claro la nitidez de la vida que me queda por contemplar. Buenas noches.


1 comentario:

Anónimo dijo...

No dejes que ese rayo deje de iluminar tu camino ahora q ha aparecido, cuando amenace con desaparecer...dale una "pataita" a la ventana xa q siga abierta y deje entrar el resplandor. Disfruta que la vida es muy corta y tú muy joven! ANIMO!