8 de septiembre de 2009

Tráfico fluido y muy intenso

Ahora vamos a contar una historia de esas que te quedas con la sonrisa de compasión por lo que te rodea. Hoy ha ido un servidor a la oficina de la Dirección General de Tráfico que está en la calle Paez de Rivera, aquí en Sevilla. Bueno ya fui ayer, y como no me dejaron pagar con tarjeta el importe del trámite que iba a realizar, decidí volver hoy. Al caso. 11 de la mañana, y aquello ya hasta la bola de gente. Gente esperando su número que nunca llega y asientos de espera llenos a rebosar. Incluso los pasillos repletos de personas a la espera de pagar una multa, pagar tasas de examen, o cambiar de nombre un vehículo...

Primero voy a pagar el importe de mi trámite, y posteriormente me dan un numerito para que espere su llegada en el panel luminoso de la paciencia. El mío el 467, el que reflejaba el marcador el 403. Ventanillas en la sala, 18; ventanillas operativas, 7. Y lo peor está por llegar.

Lo malo no era que mi número era bastante alto, sino que además de mi serie de números había otras dos. Una que iba por el seiscientos y pico y otra por el noventa. Si hacemos una división entre ventanillas operativas y series de espera, nos sale a dos ventanillas por serie. Y si la media de tiempo que esta un afectado en una ventanilla es de cinco minutos... ehm... total que me he llevado una hora esperando.

Y lo mejor viene ahora. Si muy intenso era el tráfico en la sala, muy fluido lo era en el interior de las cabinas y pasillos de la DGT. Como decía en un principio, siete ventanillas operativas. Mentira! Operativas cuatro o cinco, ya que las señoritas funcionarias no hacían otra cosa que levantarse para qué sé yo, bueno sí que lo sé, para perderse y refugiarse en sus mañanas de playa cerca del tapón de matalascañas. Lamentable. Aquello parecía el pasillo de un juzgado, gente parriba gente pabajo... (estos funcionario).

En el ambiente de los que esperábamos se palpaba la crispación. Todos comentaban lo mismo... qué indecencia! Qué te paguen un sueldo para no hacer nada! (estos funcionarios).

Así que nada, yo sólo sonreí, porque, ¿para que me voy a indignar? Total, hasta que no me toque no me van a atender...

Moraleja: la paciencia es el arma más favorable para nuestra sapiencia xD

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