Por más que mi cabeza se mantenga fría y los pensamientos me lleven a lugares seguros donde refugiarme y ver las cosas con otro prisma, hay momentos en los que la sin razón te juega malas pasadas y te hace rebuscar dentro de ti soluciones para que todo cambie. Estoy buscando un botón. Un botón mágico que active todo, y la vez lo desactive. Un botón mágico que de en la tecla de la inteligencia y todo salga a pedir de boca. Un botón que está a la vista de todos pero que no se llega a pulsar. Un botón enorme que pide a gritos ser apretado... Me estoy dando cuenta que ahorrando energías y no gastarlas innecesariamente, me ayuda muy mucho en muchas cosas, pero eso m lo reservo para mi. Con esta entrada no quiero más que decir que, las cosas que doy, lo que de mi entrego a los demás, es como un grifo que echa agua a manta. Pero como siempre, y sin saber el motivo, ese agua empieza a ser mas débil cuando la garganta sedienta no quiere beber, hasta llegar al punto de desaparecer... Si se pulsa ese botón mágico puede volver a caer la cascada, pero si no, e ignoro el motivo, el grifo cierra e incluso desaparece... es extraño, pero siempre ha sido así. No me gustaría que este grifo desapareciese, pero a veces, las cosas no dependen de uno mismo...
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