15 de mayo de 2012

El tren de los sueños


Yo tengo un tren, un tren de precioso diseño y decorado con los detalles mas exquisitos. Tengo un tren poderoso que está repleto de risas y de momentos alegres. Un tren serio donde las verdades campan a sus anchas por los vagones más elegantes donde corretean, dándose la mano, los payasos más pintorescos. Mi tren es enorme, cuyos asientos están reservados para los viajeros más elegantes y buenos. Pero sin embargo, para embarcar en este tren de los sueños con billete directo al paraíso, se deben cumplir algunos requisitos. En este tren puede embarcar cualquiera que desee viajar al Edén, aquel donde las manzanas brotan, y a borbotones rebosan de los árboles. Este tren discurre sobre sus vías a marcha serena, pero si algún pasajero hace el intento de bajar con las máquinas en marcha, no se parará y a toda máquina se marchará. Aquí no se juega. Aquí se cuentan historias de amor verdadero junto a la amistad más poderosa, esa que nunca cesa y que siempre da la mano cuando el corazón desfallece. En mi tren de los sueños se sueña y se construyen sueños preciosos. Y esas ganas de soñar son el único combustible que usan mis hombres para mover este gran tonelaje. Pero a su vez, mi tren es delicado y puede volar en pedazos si no se cuidan sus alfombras y tapices o si algún polizón intenta hacerlo descarrilar. Yo tengo un tren que viaja entre estaciones distantes y que se para a repostar viajeros. Pasen y vean, porqu si realmente quieren un viaje al paraíso, súbanse. El billete lo pago yo.

1 comentario:

El duende de la tienda dijo...

Algo muy bueno te tiene que estar guardando la vida quique. Eso que propones es lo más bonito que se puede dar. Y quien lo sepa valorar tendrá mucha suerte de haberte encontrado, estoy segura de ello, siéntete muy orgulloso de ti porque pocas personas tienen un corazón tan bonito cómo el tuyo