Todos sabemos que nuestra Selección Española de Fútbol vuelve a colarse en una final por tercera vez consecutiva. Un mundial y dos Eurocopas; aunque no ganemos a nuestros rivales el domingo, ya hacemos historia. Y quiero hacer un símil con el partido de hoy contra los portugueses. España ha estado siempre jugando a la verdad, con las cartas boca arriba, nada de trapos sucios ni estratagemas ocultas. Portugal ha hecho un fútbol feo, rocoso, descarado y agresivo... La diferencia está en las ganas, la garra y el carácter. ¿Por qué Cristiano Ronaldo ha querido ser el último lanzador de la tanda de penalits? La respuesta muy sencilla: para cubrirse de gloria y ser el amo y señor al que todos debían haberle hecho el besahuevos (y perdón por la palabra que es tela de fea) si su penalti era el decisivo. Y ahora viene la otra parte. Yo me veo en el lugar de España, paciente pero impaciente, con la cara visible y el alma transparente, dándolo todo hasta el último segundo y al milímetro, pero esperanzado en conseguir ganar el partido. En el otro lado están los de siempre, los babosos, los macarras y los malotes que se comen el mundo a base de creencia vana y futil. Ni soy mejor ni soy peor. Soy yo, y esto es lo que hay. Multitud de críticas recibo por no ser más "portugués", pero me gusta más ser "España", que es donde mas a gusto me siento mejor conmigo mismo. Así que nada, cada uno a lo suyo y los demás a mirar lo que hacemos...
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