10 de enero de 2012

Golpes de timón

Sí, hoy estoy muy contento. Y lo estoy porque gracias al tesón y a la paciencia, mi gran carabela de plata ha sido puesta a rumbo verdadero y por fin, reposa en aguas tranquilas, o al menos eso espero... tempestades y grandes olas ha tenido que surcar mi nave, incluso a veces imposible evitar ser puesta a la deriva por agentes externos como tornados o fuertes golpes de mar. Pero ahora, y gracias como digo, a la voluntad, la paciencia, las ganas de hacer las cosas bien, el tesón y el amor a la vida, mis remeros están tranquilos y ya es hora de que reposen sus cargados brazos para disfrutar de un mar en calma. La luz empieza a brillar en el reflejo de agua salada y una fina brisa sopla en mi frente. Sonrío. ¿Será verdad? ¿Será un sueño? Ya va siendo hora de subir a cubierta y disfrutar de ese cambio de timón. Una brújula de cristal ha guiado mis esperanzas. Una estrella en el firmamento a iluminado una ilusión. Es hora de disfrutar! Marineros, rememos al mismo son!

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